Mostrando entradas con la etiqueta Argentina. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Argentina. Mostrar todas las entradas

martes, 17 de diciembre de 2019

El fenómeno de las Batallas de los Gallos: breve historia del freestyle en Argentina


redbullbatalladelosgallos.com
En los últimos años, miles de jóvenes empezaron a participar de las "Batallas de los Gallos", una competencia de freestyle rap que consiste en la confrontación entre dos improvisadores que deben demostrar quién rapea mejor en base a sus rimas predominantes. El enfrentamiento de habla hispana más conocido a nivel mundial es -hoy en día- el patrocinado por la empresa Red-Bull, la cual realiza su difusión en toda Latinoamérica y España. Esta nueva disciplina combina valores culturales provenientes de la música y la expresión, pero adopta una concepción deportiva en sus formas de disputa. 

En Argentina, las batallas de gallos comenzaron a gestarse de manera amateur a principios del siglo XXI en diferentes plazas del conurbano y de la Ciudad de Buenos Aires, sentando base principalmente en el Parque Rivadavia. En aquel entonces, pocos eran los jóvenes que se acercaban a observar y a participar. Sin embargo, a partir del 2012 la cantidad de espectadores aumentó gracias a la competencia denominada “El Quinto Escalón”, impulsora del freestyle en nuestro país. Luego, a través de plataformas digitales como YouTube y Spotify este fenómeno se volvió viral y masivo. Desde entonces, la marca de energizantes decidió auspiciar el certamen para agregarle nombre propio y así atraer una audiencia mayor.

       El origen: Rapeando en New York

Para encontrar la raíz del freestyle hay que viajar en el tiempo a la costa este de Estados Unidos, donde el rap y el hip-hop hicieron mella durante la década del ’80 [1]. El rap es una de las vertientes del género denominado hip-hop que incorpora rima, habla rítmica y jerga y que se interpreta o se canta en una variedad de formas. La cultura del hip-hop surgió en los barrios bajos de New York, como el Bronx y Harlem, entre jóvenes afroamericanos y puertorriqueños descontentos con las políticas que los marginaban de la sociedad. Es por ello que el contenido de su música y el desarrollo artístico eran vehículos que canalizaban la rebeldía en contra de las desigualdades, y que proponía reflexionar acerca de las penurias que se vivían en aquellas áreas urbanas [2].

El freestyle rap es una rama que derivó del hip-hop y consiste -básicamente- en una forma totalmente improvisada de rapear, rimando palabras de forma fluida y siguiendo un ritmo específico. El carácter espontáneo le dio origen al nombre –estilo libre- y el contenido carece de censuras ya que los intérpretes pueden decir lo que quieran en su construcción poética[3].

Con los años, el hip-hop surgido en los suburbios de New York fue adoptando diversas bifurcaciones y, en su rama latina, los puertorriqueños de Harlem se encargaron de trasladar el ritmo a su isla natal, donde se resignificó el estilo. Hacia fines de la década del ‘90, Puerto Rico emergía como una superpotencia de la música urbana global con el reggaetón –derivación del reagge con características del hip-hop- [4], y que nació de un intercambio cultural a todo nivel con Panamá, otro estado históricamente vinculado con Estados Unidos [5]. En el reggaetón puertorriqueño, los intérpretes recitan las letras de las canciones y -al igual que el freestyle rap- la influencia del hip-hop prevalece en su estructura.

       El hip-hop en Argentina

En Argentina, hubo varias oleadas que incursionaron en el rap y el hip-hop. La primera, pisando los ’90, de la mano de los artistas “Roma”, “My Disck”, “Jazzy Mel” y “Dj Hollywood”, que sesgaban una forma más pop. Culminando el Siglo XX, aparecieron bandas que impulsaron expresiones más comprometidas con las demandas sociales emergentes, donde muchos grupos –de distintos géneros musicales- prosperaron con la composición de letras que atacaban al poder político-económico establecido, como “Actitud María Marta” y “Fuerte Apache” [6]. Paralelamente, surgió “Illya Kuryaki and the Valderramas”, que si bien adopta varios estilos, posee gran influjo de hip-hop, aunque sus canciones esquivaban el reclamo popular urbano.

Unos años después -tras la crisis de 2001- se afianzaron determinados cambios en los valores culturales que se habían quebrado durante la década anterior. Las expresiones artísticas fueron más pujantes, con protestas surgidas desde los sectores marginales y, sobre todo, reflejando el sentir de aquellos jóvenes que aspiraban a cambiar la realidad. Así, irrumpieron algunos pequeños grupos de adolescentes que se congregaban en las plazas para manifestarse y alcanzar cierto reconocimiento [7]. Previamente al inicio de la actual marea freestyle, en 2005, el artista argentino “Frescolate” se coronó campeón internacional de la primera Batalla de los Gallos organizada por Red Bull. El artista local inspiró a muchos jóvenes en la práctica del estilo libre e infundió valor a otros que todavía no se animaban a salir del rol de espectadores callejeros [8]. Estos artistas urbanos, que deambulaban bajo una órbita under,  solo necesitaban un impulso…

       Batallas de Gallos

Las primeras batallas de gallos nacieron en el conurbano bonaerense y en algunos sectores de la provincia de Córdoba. Rápidamente, trascendieron hasta las plazas y los parques de la Ciudad de Buenos Aires, pero nadie duda en considerar que la estación de trenes de Claypole fue la piedra fundadora de esta nueva expresión. Allí, en 2010, se celebraba la Halabalusa Underground, un certamen modestamente organizado que empezó a absorber los pequeños encuentros improvisados. Esta competencia creció y adquirió la identidad necesaria para replicarse a otros lugares [9]. Las batallas de freestyle rap consisten en una lucha dialéctica entre dos improvisadores -también denominados MC’s- que compiten por demostrar quien se destaca rapeando y utilizando las mejores rimas.

Algunos de estos desafíos surgidos en el conurbano tenían cierta carga de agresividad verbal –sin violencia física- por los contenidos enunciados, producto de rivalidades barriales o tribales o de las diferencias que los competidores mismos exageraban para alimentar la provocación dialéctica. Ese tipo de prácticas apenas servía para una próxima devolución y también generaban risas en los espectadores. No obstante, eso fue cambiando cuando la experiencia brotó en la Capital. Apenas dos años más tarde del nacimiento de la Halabalusa Underground, los jóvenes porteños que habían participado en aquellos torneos sintieron la necesidad de realizar algo similar, pero cerca de sus barrios y buscando reducir el tono agresivo de las rapeadas.

Así fue cómo emergió “El Quinto Escalón”, la competencia de freestyle desarrollada en el Parque Rivadavia que congregó a una multitud de espectadores y de participantes y que fue predecesora de las Batallas de Red Bull. “Muphasa”, su organizador fue muy claro: “planeamos que los chicos hablen de sus vivencias, pero sin ataques[10].

Las batallas explotaron cuando  la actividad empezó a difundirse a través de plataformas digitales como YouTube y Spotify, convirtiéndolo en un fenómeno masivo. Fue a partir de allí, y rememorando la experiencia del veterano “Frescolate” en Puerto Rico, que la marca de energizantes Red Bull decidió establecer un torneo nacional representativo y así sumarlo al circuito Latinoamericano de las Batallas de los Gallos [11].

A medida que los combates fueron perfeccionándose y -sobre todo- desde la “panoptización” [12] de los certámenes en estadios y en grandes campos, los organizadores probaron diversas modalidades de competición, modificando las formas de disputa. Si bien, los participantes debían mantener la estructura de los cuatro versos uniendo palabras inconexas, en estos torneos se empezaron a utilizar elementos tecnológicos –como las pantallas gigantes- que sirven, entre otras cosas, para implementar algunas de las consignas previas a cada disputa. 

En la próxima entrega, abordaré cómo influyó el uso de la tecnología en la expansión masiva del freestyle. SF



[1][3] Freestyle: Historia y Origen de las Batallas (2016, 16 de julio). Batallas Freestyle. http://cort.as/-ThI5
[2] Austin McCoy (2017, septiembre). Música Rap. American History. Oxford Research Encyclopedias. http://cort.as/-ThIx
[4] Música de Puerto Rico. Wikipedia, La enciclopedia libre. Código: Q427183. Fecha de consulta 22/10/2019.  http://cort.as/-ThJc
[5] Reguetón. Wikipedia, La enciclopedia libre. Código: Q202930. Fecha de consulta 22/10/2019.
http://cort.as/-EpP9
[6] Puchy Grafitero (2016, 31 de agosto). El conurbano, cuna del Hip Hop argentino. La Izquierda Diario. http://cort.as/-ThKy
[7][9] ‘Halabalusa Underground’, un movimiento cultural a orillas de la estación de Claypole (2012, 27 de abril). Entre Calles y Andenes. http://cort.as/-ThLp 
[8] Lucas González (2017, 16 de noviembre). Frescolate: “hay bastantes competidores con mucho talento”. El Bondi. http://cort.as/-ThMN
[10] Romina Blasucci (2014, 20 de noviembre). “Queremos que el rap sea nacional”. Página 12. 
[11] Juan Ortelli (2016, 21 de abril). Puerto Rico 2005: La primera final. Red Bull Batalla de Los Gallos. http://cort.as/-Tk5R
[12] Panoptismo. Concepto de Michael Foucault. “Vigilar y Castigar”. (1986. Siglo XXI Ed. Madrid). Capítulo III.


miércoles, 19 de junio de 2019

Música para Camaleones


Martinica es una isla francesa, adoptada por los turistas europeos para disfrutar de los placeres del Mar Caribe. Su estructura volcánica le aporta una belleza natural insuperable, que combina las aguas cálidas y turquesas con las arenas blanquecinas. Martinica fue el escenario elegido para la última obra en vida del célebre escritor Truman Capote, donde -en su primer cuento- una anfitriona denominada Madame recibe la visita de un viajante norteamericano, mientras convive con decenas de camaleones. La aristócrata anciana –al haberse criado en París- tenía preferencia por los ritmos refinados y empezó a “ejecutar una sonata de Mozart (…) en un piano bien afinado”. Ante la mirada de “tres camaleones verdes”, le preguntó al visitante: “¿Sabía usted que les gusta la música? ¿No me cree?”. De a poco, “empezaron a acumularse los camaleones”. 

Estos pequeños  “reptiloides” se caracterizan por modificar su pigmentación en distintas ocasiones, ya sea para protegerse de alguna amenaza o ante manifestaciones climáticas. Además, poseen una lengua bífida afilada, se mueven con extremada velocidad, y sus ojos – totalmente independientes- logran una visión panorámica perfecta para detectar el peligro a tiempo. Todas son cualidades ideales de subsistencia, lo que les permite maniobrar entre las sombras, camuflados, y esperando el momento propicio para exponerse. 

En Latinoamérica, el término “camaleónico” se asocia a aquellas personas que cambian radicalmente el discurso o su personalidad con un objetivo incierto, y que –al tomar semejantes decisiones- generan sospechas o desaprobación social. En la política argentina, al menos en los últimos años, fuimos testigos de varios casos de dirigentes que “de rojo pasan a verde y de amarillo a lavanda”, como ilustraba la Madame en el libro de Capote. Lo llamativo es que aquellos políticos han sobrevivido y aún son agentes importantes de la burocracia nacional. Me pregunto ¿qué virtudes destaca la ciudadanía en un político que cambia sus ideas, proyectos o espacios partidarios? ¿Y cómo hace un candidato “camaleónico” para atraer la confianza del electorado? 

Virtud y confianza son palabras sobre las que se edificaron las teorías filosófico-políticas más trascendentes. Marco Tulio Cicerón (106-43 A.C.) –primero- y Nicolás Maquiavelo (1469-1527) –después- nos regalaron grandes conceptos sobre la virtud humana en pos de que el pueblo deposite su confianza en los “hombres (y mujeres, agrego) justos, leales y que nunca fueron sospechados o fraudulentos”. Pero nuestro sistema republicano –y la ciudadanía en general- aún no han concebido la integridad necesaria para identificar a los virtuosos y a los deshonestos. Posiblemente, deberíamos viajar a Martinica, donde la entrañable Madame incitó al protagonista del cuento –lo llamaremos efectivamente Truman- a que descubra sus “meandros de tinieblas” luego de mirarse en un oscuro espejo misterioso. ¿Cuántos políticos “camaleónicos” resistirían el reflejo del cristal de Madame?

Cicerón no contaba con el estupendo mural de vidrio que hoy conocemos, pero –seguramente- utilizaba los antiguos espejos -confeccionados sobre metales- que deformaban parcialmente cuerpos y rostros. En aquellos tiempos fundacionales de la república romana, los líderes trascendían por sus ideas. Hoy, la posmodernidad ha arrasado con el pensamiento y los valores, mientras los políticos encontraron facilidades para seducirnos desde lo visual; imponiendo imágenes triviales de ellos mismos y esparciendo difusores que nos impidan hallar la información que nos permitiría descubrir si un dirigente es confiable o incapaz

A veinte siglos del auge imperial de Roma, Argentina se alista para las elecciones nacionales. El preludio de la batalla plebiscitaria comenzó hace pocas semanas, cuando la senadora Cristina Fernández de Kirchner ungió a su ex amigo/enemigo Alberto Fernández como precandidato de Unidad Ciudadana. Para contrarrestar el golpe, el oficialismo también preparó un anuncio sorpresivo: a pocas horas del cierre de listas, Mauricio Macri postuló al peronista y ex kirchnerista Miguel Ángel Pichetto para que lo acompañe en la receta reeleccionista. A falta de una bomba, sonaron dos explosiones. Y dos conversos asumieron un rol estelar como nunca antes tuvieron las fórmulas presidenciales. Así, los camaleones se animaron a danzar en el centro de la pista... Una vez más. 

El pasado de ambos animales políticos –Pichetto y Fernández- es “aplastado” por la rotunda conmoción que generaron estas noticias. El senador por Río Negro había abandonado las filas que comandaba CFK, en búsqueda de un futuro prometedor cerca del Peronismo Federal. Sin embargo, fue hechizado por Cambiemos para conformar una coalición con “algo más de peronismo”. En tanto, el ex jefe de gabinete de Néstor y de Cristina, que también integró los gobiernos de Alfonsín, Menem y Duhalde,  regresó con la ex presidenta -tras fundar un partido propio y aliarse con Sergio Massa- a pesar de haberla denostado en 2015: “es definitivamente un mal gobierno, donde es difícil encontrar algo ponderable”, disparó. 

Las vertiginosas mutaciones de ambos sobrevivientes fueron determinantes para ser considerados por los líderes de las principales alianzas políticas, quienes movieron piezas clave en un tablero de ajedrez cada vez más difuso. Así, el personalismo logró desplazar a los partidos y a los ideales porque la ambición está por encima de cualquier plataforma. Gane quien gane las elecciones, una de las fórmulas mayoritarias tendrá un integrante camaleónico en el poder. En el pasado, la ciudadanía supo premiar y castigar a los reconvertidos, pero tal vez, deberíamos empezar a cuestionarnos si las “virtudes camaleónicas” son las verdaderas notas musicales que hacen bailar –cual Madame- a todo el electorado.
S.F.
- o -
>Datos Bibliográficos 
-Capote, Truman. “Música para Camaleones” (1995). Ed. Sudamericana.
-Maquiavelo, Nicolás. “El Príncipe” (2005). Bureau Editor.
-Vázquez Herreros, Francisco. “La confianza en los políticos” (2004). Revista Claves, Ed. Progresa.
-La Martinique. WEB. La Isla de Martinica. www.martinica-turismo.com
-Wikipedia. WEB. Camaleón (Chamaeleonidae). https://es.wikipedia.org/wiki/Chamaeleonidae
>Imagen: http://thegolfclub.info